É ler para crer.
Tras su detención por robar y filtrar la correspondencia secreta de Benedicto XVI, Paolo Gabriele permaneció de 15 a 20 días encerrado en una celda minúscula -no podía ni extender los brazos- y con la luz permanentemente encendida. El Vaticano ha anunciado que abrirá una investigación sobre las condiciones de la detención del mayordomo. Durante su declaración en el juicio, Gabriele ha asegurado que las duras condiciones de su detención en el Vaticano le provocaron, sobre todo al principio, daños psicológicos y una disminución de la vista.
Dir-se-ia que o braço secular do Vaticano não quer pesar menos, no plano material, do que o dogma no do espírito. Bem vistas as coisas, é natural que o autoritarismo renovado no plano da doutrina da Igreja reactive no sector penitenciário do seu Estado o recurso aos velhos métodos da "questão" do Santo Ofício.
02/10/12
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