Dos factores objetivos explican el enfoque chino: por una parte, no perder un buen cliente para sus exportaciones; por otra, reforzar la zona euro encaja mejor con la doctrina monetaria china, que también es favorable a los movimientos controlados, lo que le permitiría reevaluar su moneda a su ritmo, en lugar de la brutal reevaluación que reclama EE UU. También cabe destacar un indiscutible componente de "revancha histórica" por un país que, en el siglo XIX, conoció un principio de colonización a través de las factorías europeas y hoy compra factorías en Europa. Pero todo esto se inscribe en un contexto de interdependencia bienvenida. Y para los europeos representa la oportunidad histórica de un juego más abierto, de una Europa a la que China invita a ocupar su lugar, en vez de aceptar verse marginada algún día.
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11/01/11
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