08/07/10

A nunca gasta questão da liberdade

Lluís Foix, jornalista:

Quienes van a hacer caer la dictadura castrista serán los cubanos que viven dentro, que conocen los abusos del régimen, su debilidad ideológica y retórica, su decisión de cambiar la situación a través de medios pacíficos y ejemplares.

Son los que saben que el totalitarismo promete la felicidad para todos, pero sólo cuando se hayan eliminado quienes no son dignos de ella, las clases enemigas o las razas inferiores. Los tiranos niegan la autonomía de los individuos, su derecho a elegir las normas según las que van a vivir, su opción para ser libres. Muerto el tirano, su reino acaba; muerto el mártir, su reino comienza, decía Kierkergaard.

El castrismo ha sido una pesadilla para los cientos de miles de cubanos que decidieron escapar de la isla y que hoy se han instalado en Miami y en otros puntos del mundo. Pero para los que han permanecido dentro y han decidido arrebatar la razón política y moral al régimen, su aventura vital tendrá la recompensa que los cubanos les tributarán en el futuro.

Medio siglo de ausencia de libertades penetra en lo más profundo de una sociedad. Pero el dictador nunca puede apagar las chispas de descontento y protesta que surgen incluso entre quienes no habían nacido cuando Fidel Castro entró victorioso en La Habana en 1959.

El régimen ha hecho muchas cosas: escolarización y hospitales son dos logros principales. Pero sin libertad, incluso los avances sociales se quedan en un discreto segundo puesto. Libertad para qué, dicen que le dijo Lenin a Fernando de los Ríos en la visita que el socialdemócrata malagueño realizó a Moscú en los años veinte. El visitante español le contestó que "libertad para ser libres".


(publicado também aqui)

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