25/05/11

Que passa ?


Uma leitura do significado...


Las medidas que en nombre de la “crisis” desencadenada por el crack financiero en 2008 están avanzando los viejos Estados capitalistas están agravando la situación de las clases trabajadoras, de los jóvenes en especial y de la mayor parte de la gente en general. No se han hecho esperar, pues, las grandes movilizaciones que contra estas medidas han tenido lugar en Gran Bretaña, Francia, Grecia, Italia, Islandia, Portugal y que ahora recorren todo el Estado español.

En más de 60 plazas de las distintas ciudades españolas la gente se ha reunido y se reune, se habla, se avanzan deseos y proposiciones, se organiza la vida diaria, se discute lo que se persigue, en un amplio abanico de posibilidades, y planta cara a unas medidas que han rebosado el tope de aguante, hasta decir basta.

No se trata de un efecto dominó a partir de la plaza Tahrir, ni de un contagio emocional, ni de un efecto mimético, sino de la respuesta parecida a una misma o parecida situación de una precarización en aumento de sus vidas, creada por las medidas “anti crisis” avanzadas por el gobierno al dictado de las políticas económicas de la Unión Europea.

No es pues de extrañar la aparición de estas movilizaciones, sino al revés, lo extraño es la tardanza de su aparición en una situación de un 22% de paro y con casi la mitad de la población juvenil parada. Distintos elementos podrían explicarlo. Anotamos simplemente la importancia del colchón familiar, de la economía sumergida, y en el caso catalán de la transferencia hacia el nacionalismo del radicalismo político y del malestar individual.

Las medidas puestas en pie por el gobierno, con la resolución nominal de salir de la “crisis” y con el objetivo real de dar larga vida al capital, son fundamentalmente:
--Jubilación a los 67 años (lo que hará aumentar el número de parados al impedir en esta franja de tiempo el empleo juvenil).
--Recortar los días festivos.
--Salarios ligados a la productividad y al ritmo económico de la empresa.
--Desaparición (dejar sin valor) de los convenios colectivos (lo que deja a la intemperie a los trabajadores de los pequeños talleres, que por otra parte son los que más abundan en España).
--Recortes en las prestaciones de servicios (educación, sanidad,...).

Medidas implantadas o a implantar en toda la geografía europea y que pone fin al Estado del bienestar que, aunque incipiente, también habíamos gozado en España. Medidas que ponen fin a una fase capitalista, la sociedad de consumo erigida en los años 50 del pasado siglo, en la que no consumir era casi un delito. Medidas que inauguran otra fase que está por ver, es decir, por recorrer, y es en este recorrido que la gente quiere jugar para orientarlo a su favor y no a favor de los de siempre, los que tienen el poder económico, político, cultural y mediático.

Las plazas de todas las ciudades españolas se han llenado pues de esta gente variopinta pero afectada por una misma imposición, por una misma dictadura económica. También las respuestas ante esta situación son variopintas, desde los convencidos que dentro de este sistema capitalista en vigor no son posibles cambios substanciales, que es ilusorio salir del capitalismo permaneciendo en él, hasta los que discuten desde dentro los aspectos más corruptos del sistema actual, avanzando propuestas en la misma lógica del sistema que discuten. Desde los partidarios del boicot electoral (“que se vayan todos”), hasta los que quieren poner su voto en este engranaje democrático. “Democracia real ya”, es una de las consignas quizás centrales, que en su misma expresión alude a la actual confiscación de una democracia anterior, sí democrática, y propugna una democracia real que haga realidad,  que? una democracia directa? una democracia parlamentaria con menos corrupción?

No es fácil hacer una lectura del significado de estos movimientos en los que nos sabemos incluidos. No querríamos participar de una lectura “ultraizquierdista” que desvalora estos movimientos por poca radicalidad, por quedarse a medio camino, por no ir a dónde tendrían que ir según el sentido de la historia que, ellos sí conocen. Ni de una lectura bobalicona que solo ve aciertos en el hecho del movimiento mismo y lo más numeroso posible. Cierto que el mero hecho de salir, de ocupar la calle, de hablarse e intercambiar propuestas y deseos es algo a aplaudir en una dirección emancipatoria. Pero ni el número por su cuenta, ni la amplia difusión que le dan los media (ayer las plazas en portada de casi toda la prensa europea) aclaran el contenido de la acción y la orientación a seguir. La unidad de acción no es algo previo, sino el resultado de una actividad en la que te encuentras con el otro. La difusión que los media pueden dar de las luchas es ambivalente, marcando el inicio y el fin del movimiento. Pero lo más importante no es juzgar sino comprender y actuar. 
En la plaza está ahora la palabra.

Quim, Barcelona, 22 de maio.

1 comentários:

David da Bernarda disse...

Estas movimentações, embora contraditórias,tem uma grau de autonomia e espontaneidade significativa e interrompem um ciclo de apatia e conformismo nas gerações mais jovens afastadas da militância partidária e sindical. O facto de serem contraditórios e não possuirem muitas das referências políticas e históricas que as gerações anteriores tinham pode ser uma limitação, mas é também uma possibilidade em aberto de construirem as suas próprias referências e tácticas...
Tudo isto apesar de os funcionários e militantes de esquerda e de extrema-direita sempre aparecerem a correr nestas ocasiões na esperança de enquadrarem ou, pelo menos, capitalizarem as iniciativas.
No contexto actual o simples facto de existir uma dinâmica colectiva que leva pessoas a se reunirem, debaterem e agirem fora das dinâmicas dos partidos e do Estado, de forma autónoma, só pode ser um sinal positivo. Quanto ao futuro tanto pode pertencer a deus, como aos homens e mulheres que o construirem...