Desde os primórdios do aparecimento de PODEMOS, tive ocasião de alertar várias vezes para o facto de o "poder da gente" ser concebido por Pablo Iglesias e outros destacados militantes do "partido morado" não literalmente como forma de superação da distinção entre governantes e governados, através da participação igualitária dos homens e mulheres comuns nas responsabilidades do seu próprio governo, mas como mito legitimador da hierarquia interna de um partido apostado na conquista e reforço do poder de Estado. Esta estratégia política tem como cereja em cima do bolo um projecto de poder pessoal, caudilhista, do próprio Iglesias, como monarca esclarecido e superiormente inspirado, ad legibus solutus. Independentemente dos acertos ou desacertos tácticos imediatos das suas intervenções na arena parlamentar e das negociações interpartidárias em curso, todas elas e todas as peripécias correspondentes confirmam a coerência de um tal projecto de absolutismo. Uma vez que uma busca neste blogue dos termos "pablismo", "Iglesias", "PODEMOS" e afins permitirá ao leitor interessado (re)tomar conhecimento dos meus alertas sobre os equívocos do partido morado, limito-me hoje a deixar aqui alguns excertos de uma crónica de Juan Carlos Escudier que põe sobejamente em evidência a incompatibilidade do "pablismo" tanto com o "poder da gente" como com a democracia interna do movimento que dele se reclama, ao mesmo tempo que blinda uma lógica hierárquica — classista e estatal — em tudo oposta a quaisquer reivindicações verosímeis de democratização das instituições.
La I Epístola de Pablo a los militantes ha resultado toda una premonición de lo que vendría después. La carta venía con truco porque entre el “os quiero” del líder, su canto a la belleza del proyecto y su exaltación de los besos y los abrazos de la dirigencia ya estaba encriptada la guillotina que se aplicaría después al secretario de Organización, Sergio Pascual: “Del mismo modo que un gobernante debe tomar decisiones difíciles, a veces un secretario general también debe hacerlo”, se explicaba en la carta. En medio del silencio atronador en las redes sociales de todo el partido, por lo común tan dicharachero, Pascual juraba haberse dejado la piel en los dos últimos años poco después de ser descabezado. De película de miedo, vaya.
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El partido que imagina Iglesias en su epístola, esa marea de voces plurales donde no caben “corrientes ni facciones que compitan por el control de los aparatos y los recursos”, donde se toman decisiones duras “sin traicionarnos” y en el que se discute de todo sin que sus órganos se transformen en “campos de batalla”, simplemente, no existe. Es bueno además que así sea, salvo que se pretenda enmascarar con falsos debates el poder omnímodo del líder. Por mucho que se edulcore, las ideas también compiten y tratan de imponerse. Y con ellas, las personas que las defienden. En toda organización humana hay afinidades, alianzas, divisiones, recelos y odios. Sólo la administración de esas fuerzas, la aceptación de unas reglas de convivencia, garantiza cierto éxito. Lo demás, es simple palabrería.
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Otra cosa son las maneras, la nocturnidad y hasta el tono del comunicado, que incluye un nos mayestático del secretario general – agradecemos el buen trabajo realizado- y una incomprensible referencia a que el defenestrado mantendrá su condición de diputado, algo que escapa por completo a las atribuciones del líder de Podemos tratándose de un cargo electo. ¿Dónde estaban anoche, por cierto, esa “marea de voces plurales” que debaten sobre todo? ¿No tenían nada que decir sobre la suerte de Pascual?
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Otro Pablo, el de Tarso, envió supuestamente una carta similar a los habitantes de Colosas, en Asia Menor, para afearles su conducta. El apóstol había montado en cólera porque la comunidad local se dejaba influir por cierto predicadores que se habían atrevido a sugerir la existencia de poderes intermedios entre Dios y los hombres, por encima del propio Cristo. Tamaña herejía merecía una reprimenda semejante a los que sostienen que existen dos Podemos, uno domesticado y otro radical. “No se lo pongamos fácil y respondamos con la belleza y la dignidad que nos es propia”, proponía Iglesias”. A ver qué dice Errejón cuando vuelva de Siberia.
16/03/16
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1 comentários:
reparem que já há mais alguém que disse aquilo que eu tantas vezes disse. ainda não são as pessoas a tomar as rédeas das suas vidas nas suas próprias mãos como eu tantas vezes disse que queria tal como o castoriadis disse que queria. uma atitude dos deputados não os põe fora do sistema. continua a haver demasiado respeitinho por ideias em vez do debate e combate aberto entre elas. os capitalistas já não prometem futuros risonhos antes defendem o hoje como um paraíso.
Brassens, na mouche.
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